Un día cualquiera en una granja dedicada a la explotación de vacas y terneros. Los terneros son arrancados de sus madres, lo que ocasiona a ambos un terrible sufrimiento. Esto es imprescindible para que la leche puede ser extraída de las vacas. Los terneros, como cabe esperar, van al matadero.
Uno de esos días (en concreto, hace un par de meses, a principios de diciembre) nace un ternero cualquiera en una de esas granjas (en concreto, en Estados Unidos, en el estado de Connecticut).
Sucede que, por cuestiones del azar, la pigmentación de este ternero es peculiar. El pelo de la frente, de color blanco, tiene una forma parecida a una cruz. Aquí podéis ver la noticia en castellano.
Imaginaos lo que viene.
Pues que como consecuencia de esto, los granjeros, que tienen convicciones cristianas, han decidido no matarlo y le han puesto de nombre ‘Moses’ (Moisés)
En estos vídeos, en inglés, los granjeros salen diciendo que el ternero es muy cariñoso.
http://www.necn.com/Boston/New-England/2009/12/09/Divine-bovine-born-at/1260399712.html
http://www.usatoday.com/news/offbeat/2009-12-09-holy-cow_N.htm
¿Les llevará este episodio a plantearse la de su negocio? De momento no lo ha hecho, y no parece que lo vaya a hacer. Ni se plantean dejar de llevar a los demás terneros al matadero, como condición para la producción de leche.
Y no sólo eso. En estos vídeos, los granjeros afirman en un cierto momento que, por el modo en el que este ternero les mira, es como si les quisiese decir algo. De hecho, el dueño de la granja donde este nació, Brad Davis, sostiene que “tal vez” este ternero tenga “un mensaje que darnos”. Quizás podríamos pensar que tal mensaje consistiría en que la explotación padecida por la familia de este ternero y por muchos otros animales debería terminar. Sin embargo, los granjeros no lo han interpretado así. Su juicio de lo que este les quiere decir es diferente. En el vídeo, Davis afirma su convicción de que el nacimiento de este ternero es una señal a favor de la industria láctea. “Quizás”, afirma, a favor de “precios más altos para la leche”.
Esto resultaría objeto de irrisión de no ser por el drama que esta industria supone para estos animales.
Me permitiréis que concluya que el saco que contiene los prejuicios y la estupidez humanos puede llegar a ser, en ocasiones, de una amplitud casi inabarcable, de una profundidad prácticamente insondable. Puede que no tenga fondo.
Visto en Ética más allá de la especie
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