Esta vieja locución castellana (cuya acepción completa es “arrieros somos y en el camino nos encontraremos”), procedente de la terminología del mundo rural de tiempos pasados, significa advertencia o velada amenaza a una persona que ha infligido un daño sobre la posibilidad de devolver, a la menor ocasión, la ofensa recibida, aunque no necesariamente en forma de venganza, sino porque la vida da muchas vueltas y coloca a cada uno en su sitio. La frase tiene su origen en los antiguos arrieros o personas que trajinaban con bestias de carga de la región leonesa de la Maragatería, que solían mercadear entre los pueblos de la zona y utilizaban esa frase cuando se sentían estafados por algún comerciante.
Visto en: elpelao.com
0 comentarios:
Publicar un comentario