Me quedo con un párrafo que, por experiencia propia, me parece una grandísima verdad, en general.
Mucha gente y, sobre todo, muchos funcionarios se comportan de forma similar a los tunicados. Una vez instalados en la seguridad, se diría que absorben su cerebro y dejan de pensar en otras posibilidades de innovar. Esta actitud es peligrosa para ellos mismos y para el colectivo en el que están insertados.
Visto en: Blog de Eduar Punset
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