Si antes de cada acción pudiésemos prever todas sus consecuencias estoy seguro que las pensaríamos dos veces. Creía que por mis padres el mundo estaba endeudado conmigo. Tal vez nunca fueron los demás el problema. Al contrario, tal vez el problema siempre fui yo. ¿Qué ha sido de mis anhelos? Tuve que llegar hasta el fondo para darme cuenta que el que estaba endeudado era yo. Me doy cuenta que tengo toda la vida por delante, y no puedo perderla, ni abandonarla como hizo mi padre. Yo no.
Hay golpes en la vida tan fuertes...
Lo decía Santiago (Jason Day) en Máncora.
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