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martes, 11 de agosto de 2009

El toreo

No estoy hablando de Roma
con sus muros de granito
ni estoy hablando de un rito
que en el tiempo se desploma.

Hoy el futuro se asoma;
Calígula ya no asiste
al espectáculo triste
del infame Coliseo…
y sin embargo el Toreo
con obstinación persiste.

¡Es la fiesta sin igual!
… Pero el corazón advierte:
¿es una fiesta la muerte?
¿Es artista el criminal?
Y el desenlace final…
¿No amerita su condena
constatar que la faena
se tradujo en agonía,
en brutal carnicería
y en sangre sobre la arena?

Y más aún: sobresalta
observar a tanta gente
que aplaude sonrientemente
la brutalidad que exalta.
Por lo tanto hace falta
señalar con precisión
que toro y torero son
prototipos de modestia,
pues en calidad de bestia,
el público es el campeón.

Roberto Gómez Bolaños

Visto en Urbanus et Vegetus

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