Todos los que hayan cumplido ya las tres décadas, incluso algunos un poco más jóvenes, pasaron su infancia en una época en la que casi nadie tenía ordenador o videoconsola, por supuesto nadie tenía Internet, solo había dos canales de televisión y la programación de por la tarde era, básicamente, Barrio Sésamo y dibujos animados a discreción. Fue gracias a los dibujos animados donde conocí a la famosísima Obertura de Guillermo Tell de Gioachino Rossini. Recuerdo haber escuchado cada una de sus partes: la tormenta, la parte pastoral y el galope en multitud de dibujos, y es que Rossini consigue transmitirte lo que está pasando en cada momento. Si fuera una banda sonora se merecería un Oscar sin dudarlo.
Visto en Leo y sus leones
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