Un perro no sabría que hacer con un coche de lujo o una casa o con ropa de diseño. Se conforma con un palo empapado.
A un perro no le importa si eres rico o pobre, listo o bobo, inteligente o tonto. Si le das tu corazón te entregará el suyo.
¿De cuánta gente podrías decir eso? ¿Cuánta gente puede hacerte sentir excepcional, puro y especial?
¿Cuánta gente puede hacerte sentir... extraordinario?
Lo decía Owen Wilson en Una pareja de tres.
En memoria de Tigre
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